domingo, marzo 18, 2012

La nostalgia y el Cine

Sí, Cine, con mayúsculas.

El Cine, y su legado es el gran protagonista, a fin de cuentas, de las dos películas que más ruido han hecho en estos primeros meses del 2012, bien porque ambas se han disputado encarnizadamente los premios de la temporada, bien por las diversas apreciaciones críticas que ambas han recibido: el "El Artista" incluso se ganó un sitio en la exclusiva lista de la revista Sight & Sound; la otra película es, por supuesto "La invención de Hugo".


En "Hugo" Scorsese realiza un emotivo y franco homenaje al cine, sobre todo al de los tiempos primigenios, donde se valían del trucaje para despertar las risas del espectador o para asombralo, y quien si no George Méliès (un formidable Ben Kingsley) se merece los mayores aplausos, su "Viaje a la Luna" puede verse por completo dentro de la película. Por supuesto, el acto de reverencia a este gran creador y artista se hace esperar; la cinta, a partir de Méliès, inicia un viaje de descubrimiento al sublime arte del cine: entre otros apreciamos fragmentos de películas de los Lumiere, Chaplin, Harol Lloyd (el divino reloj), Buster Keaton y más. No solo eso, la subtrama del autómata es, cuanto menos, fascinante, y despierta en el espectador ese afán infantil por los artilugios mecánicos, casi magicos, como lo fue el cine en sus inicios y lo es aún para muchos, aquellos que acuden religiosamente a las salas, se sientan frente a un ecran gigante y durante cerca de dos horas son transportados a un mundo totalmente distinto al suyo, una de esas personas soy yo. 


Si en "Hugo" se homenajea de forma explícita al cine, en "El Artista" Michel Hazanavicius lo hace a través del pastiche: toma decenas de referentes de la época dorada del cine sonoro, sí sonoro aunque la película sea muda, y arma una historia mil veces vista (aunque quizás ya olvidada por el inconsciente colectivo): George Valentin (un formidable Jean Dujardin) es el artista exitoso y la mayor estrella del cine silente, conoce a la espléndida y carismática Peppy Miller (Bérénice Bejo) con quien existe una atracción mutua que perdurará, en menos de dos años Valentin pierde su estatus frente al descollante cine sonor, con Miller a la cabeza, e inicia un proceso de autodestrucción del que es rescatado por, oh sorpresa, la propia Peppy. Como dije, la historia ha sido mil veces contada, y por eso es que ha recibido muchas críticas negativas por su poca orignilidad, pero no creo que sea una desventaja el tomar varias cosas del pasado, por el contrario, creo que ha sido todo un logro trer de vuelta toda esa época para las nueva generaciones y hacerles conocer, aunque sea un poquito, lo maravilloso que puede ser el cine. Creo que ni el crítico de ceño más fruncido ha dejado de sonreír en varios pasajes,o de disfrutar la onírica secuencia del "ruido".

"La invención de Hugo" 9/10
"El artista" 8/10