Hoy fui al cine, solo, como siempre. Pido la entrada y la chica de la boletería me lanza una amplia sonrisa y me pregunta:
-¿Sólo una entrada?
-Sí -le digo.
-¿Por qué no te llevas un combo 1 personal?
-Este... no, ahí nomás.
-Y un chocolatito, ¿qué tal?
-Este... bueno, dame uno.
-Ok.
No obstante, este diálogo oculta algo: la amplia sonrisa, el bello rostro y la gran simpatía de la chica de la boletería.
No pude decirle que no y compré un M&M's por cinco soles. Y lo peor de todo, cuando llegue a la sala no me comí el chocolate, pues me acordé que esta semana había empezado mi dieta.
Nuevamente las chicas usan su gran poder psíquico para controlar mi voluntad.